Justo

Justo cuando
mi mano se duerme, mis piernas se acomodan
los ojos se escapan, me pesan mucho
mi mente se enlentece, adormilada, envejecida
las ideas vienen
desespero
toman forma, son perfectas, completas...

No puedo reponerme
la musa pasa


ahí lejos
escurrida
y este plagio
de lo que pudo haber sido:
sinuosidad de voces
el verso perfecto
la apertura de ese poema
una jugada nunca vista
refulgente jaque
al rey del sentido destronado
nuevo desorden amoroso del lenguaje
apropiado, sin escritura
ni contrato.

Ciudad

No hay nada
como una esquina vidriada
vidriosa
el tacho naranja explota
la sirena es fondo
la espera de una luz
vadear ese flujo
que me amenaza
ahí.

Estuche negro

Estuche negro
sorpresa en su contenido
un muerto, una alhaja
un sinfín de ideales
y mi deseo
de no transitar.

Ensa(yo) en penumbra


Te veo a contraluz
la vela no opaca tus ojos
me cruzás un beso
directo.
Escribo palabras, se agotan
te espío, en el vidrio
se dibuja una sonrisa
la inspiración es sombra.

Me atonta el día, la esquina
el borracho monologa
(no para) en la mesa del centro
este bar, en un día
nublado.

Me aquieto, corto el aire
la música es distante
volvés a mí, como tiempo
ya no veo casi poco
o nada.
Surcado en la frente
es señal de mal tiempo
granizo dañino
un poco de viento irregular
no llega a refrescar
es oscuro el panorama.

Si venís a mí
te espero desvelado, a menudo
no me pasa
solo en esta espera

en penumbra.