Aprendí con vos que
se puede tener paciencia
el enojo del otro no es mío
la vida es viajes cortos intensos
hay lugares que ya no serán sin ella
el amor es entrega
hay que divertirse
sumar es mejor
el dinero es nada
los afectos son construcciones
se puede decir amor gordi y no ser cursi
puedo dar y recibir sin proporciones
no todo es planteos
las mejores charlas son en la oscuridad
la voz me subyuga
el perfume es un estilo en el cuerpo
hay que recrear el encuentro entre las sábanas
el río es algo que está acá nomás
se puede dar libertad y confiar
amar es amar y no otra cosa
de noche duermo mejor con la respiración de otro
la soledad es algo que hay que saber vivir
ninguno es más que el otro en una pareja
mimar es central
es único dejarse acariciar
decidir es duro
un beso de despedida es siempre inolvidable
y siento que las lágrimas son el riego para crecer.
Aunque duela.
Mucho.
En la cúspide del árbol, su copa
lleno de hojas fuera
son compañía las mujeres
en la mesa, al lado
me recupero de esa hipnosis
sumergida en vidas ajenas
imagino discursos, placeres y enriedos
al instante la olvido
y el árbol alto no lo diviso
es un matorral desde acá
cuando los ajenos se van
su mesa es ya de otro
propiedad transitoria urbana
del café sin nadie.
Las nubes gateaban multiformes
un sol declinante
agazapadas se reclinaban para ser
fondo de luna cuasi llena
los árboles apenas temblaban en esa tarde
gemían por más aire
excepto los fantasmagóricos álamos
titilando como infantiles móviles sus hojas
y esa caminata suspendida de la mano
compañera, amiga, amante
viejos cuentos o silencios nuevos
la vida no se acomoda fácil
a esos intersticios en que la infancia
de la noche le pide solícita un lugar
al día viejo ya para soportar
el tiempo.

C.U.B.A. Villa de Mayo Febero 2008

Dos poemas de poetas sobre los poetas (y yo al final sobre el arte de poemizar)

El Albatros
por Charles Baudelaire. “Las flores del mal”

Por divertirse a veces suelen los marineros
cazar a los albatros, aves de envergadura,
que siguen, en su rumbo indolentes viajeros,
al barco que se mece en la amarga hondura.

Apenas son echados en la cubierta ardiente,
esos reyes del cielo, torpes y avergonzados,
sus grandes alas blancas abaten tristemente
como remos que arrastran a sus cuerpos pegados.

¡Este viajero alado, oh qué inseguro y chico!
¡Hace poco tan bello, qué débil y grotesco!
¡Uno con una pipa le ha chamuscado el pico,
imita otro su vuelo con renqueo burlesco!

El Poeta es semejante al príncipe del cielo
que puede huir las flechas y el rayo frecuentar;
entre mofas y risas exiliado en el suelo,
sus alas de gigante le impiden caminar.

Versión de Ignacio Caparrós (Ed. Alhulia. Colección “Crisálida”, nº 20. Granada, 2001)

Autopsicografía
por Fernando Pessoa

El poeta es un fingidor
finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que de veras siente

Y quienes leen lo que escribe,
sienten, en el dolor leído,
no los dos que el poeta vive
sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,
distrayendo a la razón,
ese tren sin real destino
que se llama corazón.

Versión al castellano de Santiago Kovadloff

YO

Poeta albatros fingidor
negativo de la foto
se escurre de la imagen, la inventa
pixela a los otros en mentiras
se enfrasca en su palabra
escurridiza escala a la verdad
íntima y desdeñada
en marineros furibundos y brutales
por las bordas de sus vidas andan
convencidos que lo cierto es inmediato
burlan a ése que se inventa
como cuadro instantáneo sepiado
lejano, mentiroso
y autobiográfico

SAN JUSTO DIOS

Todos los cementerios se parecen
y yo en ellos
siempre doy dos pasos atrás
miro la escena
como imagen
me despego para desapegarme
del muerto
me sombreo bajo un árbol
periférico
desinsolo las ideas locas
sobre mi propia muerte
¿que me cremen y sea cenizas
y me lleven unos pocos?
¿sin nadie que me haya querido mal
o poco?
¿sólo los que amé?
¿que lean un poema mío?
¿será éste?
Me pierdo y escucho al rabino cura imán
no dicen lo mismo
se parecen
lenguas confusas de vida
que hablan de la no palabra
losa féretro y mortaja
ocluyen lo que se va
y lo peor: dejarlo solo
darle la espalda.
Si algún día me quedo ahí
den dos pasos atrás
miren desde un árbol
y no le hablen a dios, no sé nada de él
por favor lean algo bien escrito
que diga algo sobre
no se dejen tapar por el más allá,
sólo dos pasos y un árbol
a veces hay brisa
y los que viven de los muertos
los veo periféricos, como yo
asisten a la escena bajo el sol
pero no están
bailan su danza del trabajo diario
sobre la losa y el ataúd
y la que llora
el que implora
no dejan descansar a nadie
en paz.
Quiero rezar y nunca lo sé
es mi lengua seca
que habla en idiomas muertos.
Dos pasos y me vuelvo
¿mis hijos estarán ahí?
me acuerdo de ellos hoy
me ven bajo el árbol
sobre la vida que no entiendo
a la muerte
menos.
Ella me decía, ojalá él
sea tan buen padre
como vos, sé fuerte
Dios te ayudará, colofonaba
y ahora él bajo la losa
y ella llora.
Sé fuerte. Dios se fugó hoy (es dios)
la palabra redunda
imanescurasrabinos balbucean
danzan su trabajo
sombras delgadas como dedos infinitos
y no entendemos
periféricos
cómo es esto
muerte y vida.

Para Claudia. 21-1-08
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Ay Dios Mío Dios Mío
en el amor diosmío
la muerte
cúlmine en la boca
entre los labios
plegaria imploración expulsión
musitado
recitado
cae
desgrana
exfolia
rueda entre lágrimas
gotea
ojos al cielo, el ateo
midios
agnóstico
descreído
religioso
exclama, preciso, se escapa
aydiosmío suspiro
y un muerto
placer entrega dios-dios
agonía de la soledad
después del momento
subdérmico
meticuloso
cúlmine.