Me siento bien, derecho, levemente
caigo por ese hueco imperceptible
cascotes, me arrancan las uñas
despedazo cínicamente al adversario
huelo su palabra, la dejo pasar
combato cuerpo a cuerpo, piedrazos
aplaudo los éxitos etéreos sutiles
momentos extáticos despegados
ladrillazos, en medio la lengua floja
quiebra suave, fija duro
otro que pasa al frente
ambiguo esculpo con el ojo
guiño al resto, ceño y señal
sumo los trastos, otro tiro
al frente
sentado bruscamente, curvo y torvo
quiebro la línea
aprendo a callar.
“Take a sad song”
Cubremanta electriza mi piel, descarga
negativo imantado adherido aterido
me sumerjo en aquello, renazco por segundos
nada visible
me largo al tobogán húmedo
resbalo de tus brazos (soñados)
distantes, me expulsan haciarriba
polo positivo, vuelo sin arraigo
¿estaré justo al límite?
¿en qué punto se desmorona todo?
repetición de retornos
precipicio descargado en mis espaldas
recreo de horas, patio silencioso
extraño sencillo imposible
triste melodía arrebatada
no vuelve al mismo lugar descorrido
colado coraje
sin asiento fijo en la fila de mi vida
lamentos sin pedidos, esfuerzos torpes
para no dar un paso, en falso
al frente.
Te sumerjo y flotás
globos burbujas llamas
remolinos sin centro, todo
húmedo, la voz en off
busco palabras entrelíneas
un cúmulo en que apoyar mi algo
los brazos te amarran
para que quedes, siempre que sea
posible.
Vino regado
especias mimo olores
risa sofocada en el labio
habla monologado, lamentaciones
jornada de agobio estrujada al límite
vasto trampolín flojo
salto ornamental miasma deslimitado fluorescente
gesto otro labio
nada queda por decir
luces pestañean, arrullo
corazón acompasado, danza que cesa
pronto y tanto en el tiempo, sin duda
perdí la cuenta
Despertar de hotel
cerrado, aislado, cortinado, pesado, black out
tardía tráquea estrechez
lejana visión
mucha risa: con nadie
superficialidad: pálida, sin tinte
emblema, logo, marcado
mundo de cartón vidrio
millones de millones
galaxia desértica de seres íntimos
lucran con mi desinterés.
Ruido iluminado insonoro
estrella fugaz
destella mi cuerpo
cielo claro susurro estival,
ensordece un grillo, brillo caído
a un lado color en la noche
ilumina tu cintura: arco desplegado
a dios cede disparos en reversa
secretos
es luz eternidad resumida
mini segundo, entrega impensada
abovedada entre planetas
mi horóscopo nulo, suerte echada, carta viva
astralidad convergente
sobre mí con vos
a solas.
No trago su pregunta
despierto en carne viva
conciencia agitada, exaltada
¿pasó algo?
yo no puedo casi conmigo
vuelve la letanía preguntosa
una piña al ojo por una palabra
en el espejo del ascensor me duplico
deslumbrado en mi violencia contenida
en el puño, en un ojo roto
escapo la revancha, el retorno resentido
escupo el sueño sin aliento
trago sus efluentes, detritos
amargo reflejo
quien no quiero ser.
Me gustaría ahora
abrazarte
deslizar suave sigiloso
olerte toda fragmento a fragmento
un hombro los cabellos ese íntimo (pliegue)
destape arremetida censura
perfume que resiste la huida
adherido a mi cuerpo
se cuela, percola, perfora, retorna
emociones de frente
nublada para confinarte
en éste
rincón de mi cama
toda para mí
aunque hoy no estés

y no te apreso,
lo opuesto
no puedo evitarlo

me apresto
todo
para vos.
Fresca lluvia
verano salpicado
húmeda orilla de una playa cada vez más conocida
alma impensada revuelta de espuma
los pies esquivando los embates
del fluir y venir (intervalo sin tiempo)
recreo de ojos con ojos
un beso enroscado
no se cierra en el gesto
velas con media sombra
intriga para el conocimiento
avance a tientas (¿quién serás?)
ahora que ya no estás
te busco en el perfil y una silueta
aprobada entre soles
y lunas que huyen del horizonte
en el pálido amanecer
tu cabello vuelve me impide
dejar lo que siento
expresarlo
cómo

para siempre
entre mis manos latiendo
en el pecho
El sol atraviesa los espesos cortinados
del lujo imponente, la torre en que me siento
mi vista se perturba en la pantalla cegada
y no puedo sino ver lo que se va descorriendo
en el camino del horizonte
añosas perforaciones en el sitio dedicado
enroscados peñascos sin verdín.

Algunos pueden (yo le temo al mar)
bordear costas sin fin / dosificar sus esfuerzos / paladear la llegada
brujulean hacia un remanso
las estrellas marcan a fuego el sino.

Sentado trato de ver si veo
floto en una mecedora sin apoyo fijo
un contoneo me humedece.

El sol deja su lugar a la luz.

Y en la recta al faro
hallo por fin
un punto de sustentación
un punto, apenas.