Antieditorial

“Mi poesía consistirá, sólo, en atacar por todos los medios al hombre, esa bestia salvaje, y al Creador, que no hubiera debido engendrar semejante basura”.
Conde de Lautreamont
Basta de hablar gratuitamente de crisis. Y sobre todo de decir que siempre ellas traen oportunidades. Pregúntenle al que quedó sin empleo, al suspendido temporalmente, al hijo cuyo padre está asustado de ser parte de la próxima ola de despidos.
Una buena cantidad de empleados hoy esconden sus cabezas en las oficinas, la bajan temerosos de ser parte de la próxima “rotación involuntaria” (por suerte no faltan eufemismos para hacer crueldades bajo aparentes tecnicismos).
No se puede ocultar que en la vida real las oportunidades no se reparten en forma pareja. Algunos poseen más recursos, y en las situaciones extremas pueden obtener provecho de ellas; otros no. Los creativos publicitarios, los profesionales de recursos humanos y los marketineros, (no sólo ellos) quienes acomodan su discurso a la ideología imperante, la que se halla oculta en lo dicho repetidamente, sostendrán que el mundo atraviesa uno de esos períodos Schumpeterianos en que nada quedará como antes y ¡qué bueno ser parte de ello! Cómo Alterio decía en (Caballos Salvajes): “la pu(ch)a que vale la pena estar vivo” No sólo eso. Cómprese un buen manual de autoayuda -si es que existe uno bueno- y lea atentamente cómo el autodesarrollo y el autoempleo lo llevarán a la cúspide. Claro que para saber más de ello, tendrá que asistir a algún evento en que los que triunfaron habla de sus secretos para el éxito, pero claro, lo lamento tendrá que pagar más de mil dólares para ello. Se acordó tarde. Tendría que haber invertido antes tal suma. Ahora, pegue su nariz al vidrio y vea cómo el reparto ya se hizo. Quizá pueda sumarse al verso de una canción del Nano (sí, Serrat) que dice, “uno llega tarde, donde nunca pasa nada”.
La Responsabilidad Social Empresaria, que en épocas de vacas gordas pregonaba el compromiso impostergable de la empresa con todos sus stakeholders y no sólo con el capital, naufraga de manera ostensible entre empleados que cargan sus cajas de cartón con sus pertenencias. Todas iguales, todos idénticos. La ética es una etiqueta, una exterioridad del ser, un fragmento más de lo que se dice, pero que a la hora de la verdad puede quedar en la nada. Entonces, crisis que significa momento de decisión, no siempre implica que habrá algo bueno por obtener: la “oportunidad”. Sucede que la vida continúa y en este drama (ni tragedia, ni comedia definida) tendrá su parte el destino y no siempre la voluntad.
No caigamos en ser pregoneros de los cantos de sirenas. Recordemos que ellas pueden hacer encallar la nave. Por eso Ulises pidió que lo aten fuerte al mástil, ordenando paradojalmente a sus propios soldados no obedecer sus instrucciones. Ellos debían taparse los oídos para no caer en la tentación. El, en cambio, debía resistir. Héroe es quien conduce su tripulación, sabiendo que en el camino habrá que escuchar algunas cosas que parecen atractivas, modas tan sensuales sobre cómo llevar la empresa a buen puerto. Y a uno mismo.
Entonces, habrá que resistir. Hasta la próxima.

«Bello como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas» (También de Lautremont)

VARIACIONES DEL ROSTRO

I.

Vi tu rostro magullado

un leve arañazo

lo cruzaba de la nariz

al ojo (ése mismo que me contemplaba)

me dio instantánea pena

tenue como tu presencia

tras mis párpados cosidos por el sueño

creí que era luz

fue una triste lágrima

que evitó tu ceguera

en un instante raspado

mi añoranza lo devoraba

para encontrarte en cualquier lado

aún cuando seas para siempre

enigma

cerrado como la esfinge

víctima de un zarpazo

exhibiendo el orgullo

de lo eterno

mientras a mí

despacito

me corroe

el tiempo.

II.

te vi

era tu cara

en un sitio tumultuoso

no sé quien eras

te extravié

antes de encontrarte

me dejaste

sin siquiera

haber tenido el placer

de poseernos.

III.

entre el ojo despabilado

nariz fruncida y compungida boca

hoyuelos demasiado hundidos

me calzo y hundo las botas

perforo esos disparates que estás diciendo

añado tramos necesarios de silencio

inconfesable (confesala ya) tu soledad

transparentada en esa miríada de gestos

tragados para dejar fuera quien intente

trasponer esa valla

que no pude

yo

pasar.

IV.

sex bomb

la bailo solo

prefiero no verme reflejado

mientras Tom Jones canta con voz cascada

recuerdo el viaje en auto al cole

mi papá fanatizaba sus cantantes

sonaban iguales ¿o los años borraron las diferencias?

desde el asiento de atrás

veo su nuca

insinuación en el espejo retrovisor

su cara (un ángulo duro de su mentón)

mientras bailo

a mi nuca

la veo en la cara de mis hijos

mi mentón duro en ese pequeño espejo

ahora convencido

que ellos bailarán algún día

mi música preferida.

Crónicas poéticas y en prosa de un viaje

No es un diario de viaje. Su orden no responde a cronología ni orden alguno.
Son retazos de un recorrido que abrió puertas en mí (Gracias Proust).


Viena
(a Salzburgo)


Me siento anónimo
en la estación alejada de todo
lo conocido
aún cuando me deje arrullar por mis audífonos en francés
los letreros: SIGNOS SIN LENGUA
no tapan el viento frío
desatado en la inestable primavera
(sí, la primorosa estación del amor)
altavoces
trenes que bufan al llegar y partir
me silban anunciando su apuro
interminables gastando vías
sólo el océano es un freno
el momento del pasaporte
qué diga quién soy
aunque ése ya no sea
yo
ni por asomo
en ningún idioma.

PRAGA

Dios está (escondido)
de mí
en esta ciudad repleta de iglesias parroquias capillas santuarios catedrales
sacristías y sinagogas,
Me despierto a las cuatro menos cuarto
no estás
cuando no respondo ofensas para evitar más
no aparecés
en el momento en que deseo algo
no figurás
al escribir esperanzado por una respuesta
desaparecés
cuando creo que podré cambiar
ni siquiera te reís
si prometo lo incumplible
no me retás
mientras hago cosas impropias
no escuchás
mis peores conversaciones internas
no las censurás
¿dónde andás?
te veo de barba en una cruz
subido al regazo de tu madre
vacío en el tabernáculo
sufrís sufrís sufrís (por los que imploran)
pero yo
no lo sentía tampoco allá
en Jerusalén
cuándo te pedí por la paz
rogué por mi hija
creyendo que no aguantaría
pero no fue a vos
no estás
ni estuviste (en mí)
cuando íbamos al templo
(de Paso)
o comíamos algo diferente
hablaba hebreo
soñaba con la leche y la miel prometida
repleto de mí (vos no estabas)
nada
escondido
entre millones que te adoran.

No yo.

Perdón,
es más fuerte que yo.

PALACIO SANS SOUCI
(sin preocupaciones)
Potsdam, Alemania

La princesa hizo poner timbres
al costado de la puerta
un impulso moderno y eléctrico
para llamar al ujier la modista al asistente o el mozo
ningún timbre para el príncipe
sus pezones, timbres intactos que el frío mantenía insensibles
inútiles
ella clamaba
pero él ya estaba en otro palacio
dónde desplegar su lujuria
mientras ella, preocupada
se quedó con muchos timbres
sin tocar
que inútil esfuerzo, eléctrico
moderno.

Polvillo

Las ciudades tienen capas. Así lo revelan sus historias. Los fundadores o colonizados, los conquistadores con los compradores de espejitos, aquellos que montaron obeliscos y los que permitieron que el polvo tape sus restos. Así cada ciudad es, un poco, montículos de seres vivos y sus cenizas. A veces son reconstruidas en esculturas o placas recordatorias diseminadas. Algunas muy pequeñas.
Pero también tienen cicatrices que no respetan las alturas.
Buenos Aires tiene la avenida Rivadavia, que la tajea de lado a lado creando el doble discurso, de un lado un nombre y sólo cruzarla para mágicamente estar en otro.
Hoy en Praga encontré la sutura, el recorrido que ninguna guía visual muestra. Son escondidos diques de metal, metidos en el piso empedrado, corriendo paralelos a la costa del Moldava esperando frenar su furia en la próxima crecida. La última vez que se desbordó, cuentan, se había quebrado el gran badajo de la campana de la Catedral de la ciudad, la indisimulable señal de desgracias por venir. Ahora este dique podría evitar que la inundación haga los estragos que hizo hace ya ocho años. Ahora sólo dejaría bajo el agua algunos edificios muy próximos a la ribera, esos que veo desde la ventana de mi hotel. Me impresiona darme cuenta que si hoy empezara el desastre, casi por casualidad, quedaría del lado seco.
A Berlín la surca el muro, hecho memoria en forma de senderos mínimos de adoquines enclavados en calles que hoy son tan cosmopolitas. Sólo quedan restos de concreto y hierro en unas pocas calles, los que la ira oriental y occidental no llegaron a desmantelar en unas pocas horas. Es una ciudad sutilmente fragmentada, sin guardias ni torres de control o checkpoints. Pero sus habitantes pueden percibir sus fantasmas en las noches de lluvia y bruma.
Así también las personas estamos surcadas por esta doble perspectiva. Altura y cortes. Proyectados hacia arriba, nuestro cuerpo expresa la acumulación de la vida. Los ruidos y dolores, nuestras pequeñas o grandes marcas en la piel testimonian la furia de las inundaciones, dobles discursos y los puntos de cruce en que la historia nos impuso las pruebas más duras, las que escondemos aún estando desnudos. Nadie las puede ver, están metidas en la carne. Profundo.
Las guías las esconden y los manuales de anatomía tienen esa página en blanco.

Barrio Judío
(Praga 6 de mayo 2009)

Me parece haber estado ya
entre relojes con letras hebreas
que Apollinaire introdujo en versos
una historia que corre en reversa
de muerte a vida
del cementerio y la shoá
a lo añorado y perdido que descreo
vuelto relato de víctima
un escozor que siento
frente al derecho del asesinado gaseado
esa identidad inversa
del foso al castillo y ciénaga hasta el altar
discurso gastado introducido a la fuerza
en esta audioguía con acento español
me lleva desnudando lo artificial del relato
la Praga museo de museos
por obra y gracia nazi
coleccionistas obsesivos de nombres y objetos
guardaron restos de su atroz poderío
pero al Gólem
no pudieron hallar en las callejuelas
se deshizo del nombre
aún cuando quizá
en este antiguo empedrado
sea lo único cierto
lo demás no estoy seguro
de poder creer


ISLA DE LOS MUSEOS (SEGUNDO DÍA)
BERLÍN

En cada esquina un acordeón
otro hace música con copas de agua
el río corta
lo bestial que los puentes unen
guillermos y federicos, prusianos y germanos
soberbia de traerse un continente entero
encerrarlo en un museo
para el deleite de Europa
pura vanidad del conquistador
aliado del arqueólogo pavoneando su monóculo por los mercados
examina al microbio colonizado
a espadazos expropia los templos que cruzan los mares
luego caerán en bombardeos y raides
mostrando lo inferior del altivo
la violencia del académico
lo dionisíaco de la quietud
escondido en cada piedra
columna y mascarón.


PRIMERA NOCHE (PRIMER DÍA)
Hotel Circus
Berlín

El viaje de los ojos
recorre los pies caminantes
opulentos de tanto engorde visual
interminable cansancio
que impone la gula
de quien quiere llevarse todo
adentro.

BODE MUSEUM
Berlin

Una armonía
paralela a la naturaleza
una pincelada o una letra por demás
la realidad invadida por la obra
ahogando su decir
audacia
posando el encuadre
sin justificación representada
el museo abstracto
lúdico
donde lo cierto no importa
la retina y el oído
dejan caer sus goteos
cámaras de aire puro
olvidadas de su origen
dedican su sentido
sólo al goce.
Nada más importa.

CUMPLElejos

No puedo evitar
haber nacido el que soy
menos en el día de mi cumpleaños
peor todavía en un lugar tan lejano
como éste
donde los parloteos son extraños
me extravío
claramente me vuelvo
veo en ellos
lo que no soy
bebedor de cerveza
musculoso
resistente al frío
adverso al silencio
me miro y canto en mi idioma
alto
por esta calle oscura
de la adolescencia remota
como mi gente
amigos
amantes
traidores
respetuosos
devotos
todos
son ahora un amasijo memorias
escucho mis pasos mientras llueve en esta strasse
la pareja fuma en la ventana
veo que me ven
pero me ignoran
en esta ciudad de silencio
capas de lluvia sobre retazos de historia
se mezclan
hoy
es mi cumpleaños cuarenta y nueve
a sólo uno
sin saber cómo estaré
ni con quién
y eso
me gusta.

Madrid(breve conexión)

No entiendo qué
me fascina de las fuentes y cursos de agua
artificiales:
las estatuas
sus caídas ruidosas
cómo sube de nuevo
los ductos secretos
el reciclado,

nunca es cambiada
pero parece otra cosa:
límpida, fluida, transparente
corre aire a su alrededor
refresca la vista.

Por algo todas las ciudades tienen una
o más (muchas más)
para hacer creer que algo cambia
cuando todo sigue en su lugar
quieto
inmóvil
siempre el torrente observa el mismo horizonte
cómo el que las mira y aprecia.

Algunas mágicas
hacen regresar a uno
(a cambio de una moneda)
para que el tiempo no se esfume
corra
sólo en apariencia.

Praga
(un día de sol)


En los jardines de Petrin
la ciudad finalmente
me consuela
hicieron que ascendiera furioso
disfrutara de un remanso de agua con murmullo
reconociera el paisaje que hasta entonces
me agobiaba
ciudad de torres y almenas, palacios a horcajadas de catedrales con iglesias
montadas sobre puentes, relojes campanarios cementerios
que no dejan respirar
Pero aquí arriba el aire hace fuerza
por serenarse
El verde se deja bañar por el sol
los pájaros vuelan sin pedir permiso
a la piedra rococó barroca gótica con estatuas de bardos santos mártires apóstoles jesuses
acá los turistas se evaporaron
deshabitaron los senderos
el rey ya no impera
su dinastía dejó en paz un rincón
para el mundo (por fin)
la vista límpida
de todo lo que me reclinaba
ahora es un punto
una mancha en orden
puesta ahí
para disfrutar.

Sin pan y sin trabajo


Un obrero sin trabajo, una ventana a la que le faltan los vidrios de una casa desnuda, la fábrica cerrada, las herramientas ociosas que están sobre la desolada mesa sin pan, en medio del despojo de un hogar que no parece tal porque en él faltan la calidez y la alegría. Hay un puño cerrado por el enojo contenido y el gesto de la impotencia individual por lo que sucede y no se puede modificar. La madre encogida con el niño en brazos, su pecho ya sin leche; su rostro, el del desaliento y la desesperanza.

Esta pintura, terminada próxima a la crisis de 1890, fue realizada por Ernesto de la Cárcova en Roma, cuando apenas tenía 25 años.

Uno se pregunta cuando recorre la Autopista Illia, al ver esas imágenes aéreas de villas pegadas a los paredones de los countries –mientras atisba los detritos humanos de la sociedad posmoderna, líquida o gaseosa, que se agolpan en los márgenes de las orgullosas urbes– si no habrá muchos hoy que miren así, que estén contemplando con sus puños cerrados la desolación de la falta de oportunidades y, para peor, la (no) herencia que dejarán a sus hijos. Miran con esos ojos encrespados, ojos que resisten las lágrimas, sólo por aquello de que “los hombres no lloran”. Hoy tendríamos que agregar a las mujeres, que valientemente abandonan el lugar meramente sacrificial de este cuadro, de pasiva resistencia al destino trágico y salen a buscar sustento. Recorren el camino del trabajo, para volver a su casa y hacer más trabajo aún, dado que la realidad social de los roles todavía no terminó de adaptarse a los cambios que impone el mundo.

El trabajo no es un beneficio que nos otorga la sociedad, se trata de un derecho constitucional. La justicia social no está dada solamente por el reparto de bienes –que podría verse como una nivelación en la capacidad de adquisiciones materiales–, sino en la posibilidad que se le brinda a cada uno de realizar su potencial en el mundo. El trabajo, al ser el ámbito privilegiado de expresión del comportamiento dirigido a metas, que permite usar plenamente la capacidad subjetiva de decisión y juicio, se convierte en una parte indisoluble de la realización como individuo, a la par que como miembro de la sociedad. Por eso el trabajo rebasa el ámbito de lo individual para dirigirse al de la acción política cuando éste se halla cercenado. El proyecto personal, impotentizado en esta imagen, no queda retenido al hogar: estalla en la calle, prenunciando la llegada del “obrero” que inundaría la “Plaza” muchos años después.

Tiempos difíciles aquéllos, no menos que éstos, sólo que ahora una extraña cosmética matemática trata de ocultar con mágicos índices la oscura verdad de la pobreza, la indigencia y el hambre que nos rodea.

Hace muy poco el cardenal Bergoglio afirmaba que “hay gente que sobra” y que es dejada de lado como “descarte” en “verdaderos volquetes existenciales”. Pero a su vez –y se trata de un tema no menor– recordaba que quienes estaban allí, en esa reunión, podían mirarse y reconocerse en esa mirada, lo cual contrastaba con la nadificación a la que son sometidos en lo cotidiano. Muy cercano a la idea que plantea el filósofo Emmanuel Lévinas, citado por Diana Sperling en su libro Filosofía de Cámara (1). La ética precede al ser, afirma Levinas, ya que el encuentro con el tú es verse a los ojos del doliente, del que implora, de quien requiere del Yo responsable. La ética, afirma la autora, “tiene estructura de boomerang (2): la piedra que se arroja vuelve. Y no hay dónde esconderse”. Los volquetes existenciales son los lugares a los que enviamos como sociedad a quienes no queremos ver, y menos aún que nos miren a los ojos, ya que su condena nos inundaría de vergüenza.

Las lecturas partidarias obnubilan la visión de lo que debemos enfrentar: la pavorosa presencia de la inhumanidad de lo humano que este cuadro nos revela, en un espejo que trasciende el tiempo, volviéndose temiblemente actual.

1 Mármol/Izquierdo Editores, 2008, Buenos Aires.

2 En itálicas en el original.

PROYECTO RESURRECCIÓN

Acróstico de poemas en un poema.
Re-insurrección del sentido.
El poema que habla del poema
hablado por otros poemas

RESURRECCIÓN.
Por Roberto Bolaño.
La poesía entra en el sueño
como un buzo en un lago.
La poesía, más valiente que nadie,
entra y cae
a plomo
en un lago infinito como el Loch Ness
o turbio e infausto como el lago Balatón.
Contempladla desde el fondo:
un buzo
inocente
envuelto en las plumas
de la voluntad.
La poesía entra en el sueño
como un buzo muerto
en el ojo de Dios.

ACROSTICO POÉTICO

LA POESÍA ENTRA EN EL SUEÑO
Lo penetra
hace un punto en la guardia oscura
se revuelca entre los aros del deseo
voltea el camino
sendos obstáculos
sendas nubosas
el antro en el que explotará
todo
sin misericordia
olvido perenne
al despertar

COMO UN BUZO EN UN LAGO
Sumergido en el lecho
desconoce su sentido
sabe casi donde comienza
se dibuja táctil entre las líneas
ve desde su máscara
las burbujas que aletean (suben siempre)
percibe la proximidad de la vida
que asciende desde el fondo
hacia allí va
se pierde
se extingue
como un punto (o una coma)
visto desde arriba
lejos
rozando la orilla.

LA POESÍA, MÁS VALIENTE QUE NADIE,
Se yergue estatuaria
un póster que recluta (Join us)
los jóvenes van
ícono
luchadora
masifica
imagen de resistencia
rebeldía a la prosa gastada
insurrecta al significado habitual
trepana la frase cuando hace verso
deshace la jungla de banalidades
es valiente
como nadie
más que alguien
ella.

ENTRA Y CAE
Entra
se suelta
al límite
finita
infinita
ínfima
infinitésima
acaricia los colores
se propone no imponer
repone
supone
es
hace soñar
amantes deseosos perversos perdidos
a veces los reclusos también
y cae
más aún.

A PLOMO
El metal al fuego. Una superficie lisa anuncia las formas que engendrará. Una mente enfrentada a la blancura del papel. Moldea balas y versos, herraduras con palabras sutiles, utensilios que llevan rimas. Todo flotando en medio de una mezcla que el calor rehace. Reversible. Vuelve a su integridad. Se tacha y deja surgir. Lo que una vez enfriado se hará forma final. Para siempre.

EN UN LAGO INFINITO COMO EL LOCH NESS
Un monstruo emerge
mítico
asoma su cuerpo rebelde, dragón
o forma jurásica
hace reverberar ecos desesperados
posibles plegarias que allí profirieron
antepasados hace tiempo
estrella sus formas en los testigos
oídos de esa cosa
estridencia sin articular
hace a cada uno decir
y creer
su poema
propio.

O TURBIO E INFAUSTO COMO EL LAGO BALATÓN.
No puedo ver nada
es riachuelo oloroso
un puente de hierro que cruza
la boca
el borde de los labios
contamina impregna contagia
detritos de industrias
enceguecido
intento con mi linterna
un haz que abra sentido
construyo nuevos cursos
agua límpida
pero ella resiste
es poesía escrita desde lo negro
lo in-fausto
de cada quien.

CONTEMPLADLA DESDE EL FONDO:
Perspectiva inversa
dos puntos: suspensivos
integran lo que viene
hondo
se va haciendo
capa sobre musgo
liquen montado con barro
piedras que aplastan vidas acuáticas
una actitud expectante:
verla cómo ella es
¿primorosa?
¿simple mortal?
vestida de neoprene y aros su cabellos suelto
sirena posmoderna
encantadora
me arrastra a sus ojos
no la puedo ver
medusa con serpientes que emergen
ya no sé quien soy
la frialdad del agua
congeló mi deseo.

UN BUZO
Tanques máscara aletas traje patas de rana
respiración de burbujas puras
sonar
lento descenso
borrachera de oxígeno
miles de ideas agolpándose
imposible escribir en el agua
las libretas
húmedas
resisten las mejores ideas.

INOCENTE
¿Ingenua?
¿No culpable o Not Guilty?
¿No sabe lo que dijo o lo que hizo?
¿Se olvidó?
¿Oculta algo que su rostro delata?
¿Miente al juez y jurado?
¿Se construye en el veredicto del lector?
¿Antes de la caída?
¿Juguete de Adán y Eva?
¿La serpiente la está tentando?
¿Se deja seducir, pero juega a no darse cuenta?
¿I N O C E N T E?
¿Ente?
pura estratagema
no le creo
paradojalmente ello
la vuelve más potente.

ENVUELTO EN LAS PLUMAS
Se aliviana
una misión al espacio
sutil ave del margen del bosque
emerge como columna de aire y fuego
se disfraza
toda queda bocarriba (cómo aquella noche)
se la ve como una vedette
bajando las escaleras
tentadora
la que invita
a ser penetrada.

DE LA VOLUNTAD
Falible y mortal
de carne
busco un anclaje potente
algo que evite el derrape (mi derrape)
me clavo ganchos potentes en cada centímetro
de la piel
pido: cosan mi boca
eviten que mis labios
profanen esa creación
inmaculada
una construcción garabateada
desde hace siglos
voluntas y volutas
creyendo decir lo imposible
por eso extraviado
antes de comenzar.

LA POESIA ENTRA EN EL SUEÑO
Se acuesta con ella
la incluye
deletreada
de le tre a da
d e l e t r e a d a
(aletea)
leteo
un silencio aparente
mientras encendido el deseo
arma cortinas de niebla
cuerpos revolcados trazos y fonemas
pudor en desborde llegadas impuntuales escenas irrepetibles (perdidas)
mezcla literal
que al despertar
sería una sopa fría
de letras.

COMO UN BUZO MUERTO
Se desvanece
Emborrachado de sí mismo, sobredosis
Neuronas exaltadas
última visión en la pantalla del agua
son sus ojos
azules plagados de seres subacuáticos
un torbellino
hapenning de sexo marino
ebullen formas sesgadas
sonetos y ditirambos
endecasílabos con palabras clave
amor venganza resentimiento besos mujer seno matriz
despeñados forman un acróstico
llave fina
la última palabra pronunciada
(muerte)

EN EL OJO DE DIOS
Místico desolador
profecía que no abre sino al destino umbrío
morada demorada con tiempo destemplado
reclinación a lo súbito
es un leve parpadeo que trastoca todo
las miles de hojas con versos
que lamerá el fuego
la saliva de la deidad que se lleva todo en el sacrificio
la ofrenda al que mira espía contempla
la afanosa búsqueda
sin acabar
de nuevos caminos no trazados
para decir lo mismo
clavado como un cuerno protuberante
en su córnea
dios o dios
se abandona al goce humano
de crear lo mismo
y la ilusión de diferencia.

_____________________________________________________________________
A veces escribo congestionado
un intenso tráfico detenido
o todo lo contrario
ideas veloces que me golpean
para estacionar en papel.
Otras lo hago por malestar
lo que no bajo y trago
escribo
expulso lo que trajeron
otros
los oídos
los ojos.

Voy al papel muchas veces
en estado hipnótico
mis miembros rígidos
sin querer sucumbir
desencanto.

Me parece que tengo pocas certezas
de algo más allá
del blanco ensuciado con mis garabatos
tacho (tachar esto por favor)
ante el silencio de pavura
uso las palabras
aunque sólo sirvan
frente a la soledad descosida

como recurso a mano
y eso basta.
Usá tu bronca como materia prima
alguien me decía
pero, se vuelve en contra
¿cómo evitarlo?
apago la radio
mi voz interior se prende a mi carne
murmura
me rebaja o me enaltece
rápido guión hundido
música recóndita
asfixiante
mientras escucho un perro eterno
ladra ladra ladra
todo el día
hoy es jueves, santo
el movimiento es leve en la calle
me enoja el quejido
ladra porque le falta compañía
¿mi cabeza callará algún día?
temo temprano parecerme (espero que tarde)
al viejo que vi desde el auto
barbado, en un pijama raído con finitas rayas
un quijote en ciernes
desmejorado lector
se inventa un mundo
en la noche opaca
el taller mecánico es su asiento
(lo veo entre repuestos usados y grasientos)
pasea su malhumorado enojo
rabia del mundo perdido
pasea del lazo su espejo fiel
blanco y negro, perro feo
muy feo
con bronca
sigue ladrando en mi cabeza.

Para Manuel T.P.
Transeúnte casual de la vida
soplo mi alma hecha vapor
camino mirando mis zapatos
obligado por el impiadoso viento
bajo mi cabeza
escondo las orejas
esta ciudad es extrema
obliga a guarecerse
unas veces capa sobre capa
otras a caer deshecho en la sombra
forzado a empujones
me imagino escenografía decorado
una película en blanco y negro
visto en la tarde del sábado
en la tele
un caminante perdido
exhalado por el viento del río
bravo
desde el sillón breve observo
los tránsitos que hice
para estar ahí
sin perder pisada
de mis zapatos
negros

PROTOCOLOS ROTOS

protocolo.
(Del b. lat. protocollum, y este del gr. πρωτόκολλον).
1. m. Serie ordenada de escrituras matrices y otros documentos que un notario o escribano autoriza y custodia con ciertas formalidades.
2. m. Acta o cuaderno de actas relativas a un acuerdo, conferencia o congreso diplomático.
3. m. Regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre.
4. m. Plan escrito y detallado de un experimento científico, un ensayo clínico o una actuación médica.

PROTOCOLO I
RC a las 10:40 [ve a RC acostado en la cama a las 10:39]
a las 10:39 [se revuelca unos segundos antes]
10:38 [hace algún movimiento]
11:01 se pregunta [por lo que sentía cuando se observaba]
asegura estar absorto por las nubes
hoy cubren el cielo
10:45 [esperaba a que el sol ingrese]
[10:46] abrió la persiana como el otro sábado
el diario tirado en la cama [espera silencioso con estridentes titulares]
el café [10:50] humea pero no hace los esperados jueguitos con el sol
se mira las manos sobre el cuaderno [10:55]
deja pasar la música de la radio [los mismos temas de siempre]
¿serán así las mañanas toda su vida? [se mira la camiseta blanca. Ya 10:57]
se asegura que no [aunque duda duda y duda incluso de la duda]
los segundos del reloj [no pasa las 10:57]
se sumerge en el cuadrante y lo recuerda bajo el agua
mientras que nada lo observa. Mide
está sólo en la profundidad de ese lapso
[se mira por última vez. Ya son las 11:00]
en breve coincidirá consigo mismo
una sonrisa dibujada
cara lavada
saldrá a caminar
sumado sin querer
al tiempo
[11:00 RC se incorpora]

PROTOCOLO II
RC a las [21:00]
La habitación es de laca azul y blanca (la llamaban petrificada)
Agarra Corazón desde el lomo
20:59 termina de ponerse el pijama [hace frío]
se ve bien
21:01 lee un pequeño vigía lombardo
[1969 y todavía el hombre no pisó la luna]
21:15 lee [un chico está en los hombros de su padre para ver pasar al héroe nacional italiano]
sumido en sueño de ser grande
cree que sumará más páginas antes de dormirse
se ve [años después desde esta otra cama]
el mundo y su periferia concentrado
en las sábanas
mini aleph [en la calle Sarmiento: padre del aula]
concentración de alfabetos [por la doble escolaridad, doble idioma]
todos se mueven en la casa [21:24]
a sus espaldas [el hermanito RC no lee, sólo juega]
21:25 el sueño lo lleva en andas
cree que será héroe
rescatará princesas
escribirá muchos libros
[21:27] no recuerda quién es
ya está todo en sombras
excepto algún destello
azul
blanco.

PROTOCOLO III
[Son las 13:30] él la besa antes de comer
ella cocina y a él lo pierde
[a las 13:45 comen] es como el desayuno casi
una réplica
[16:30 del domingo] es invierno
la tarde se agota
[15:00 el sueño los envuelve] antes el abrazo
estirando el hombro para tomar su cuello [14:59]
se sueltan exhaustos
él pierde el sentido
ella disfruta (le pide que la mire)
[siendo las 14:30] el primer beso se prolonga
haber terminado de lavar todo
se abrazan al cruzarse en el pasillo
el cepillo de dientes de ella y de él
[14:15 comen en silencio]
van a salir a caminar antes de la semana
buscar refugio [17:00]
de la mano un poco abrazados
avanzan sin saber
qué les espera
[se escurre el día. Las 18:30 y llovizna]

Sábado al mediodía

La verdulera me recomendó ése tomate
preguntando por mi habitual banana
rió fuerte. Me hizo cosquillas
la lechuga francesa, un poco
es para mí solo
la otra (verdulera) asomó por sobre su hombro
rió también. Se sumaron estridentes
me perdonó cincuenta centavos
las monedas escasean
pero viven en la abundancia
y mientras salía
ellas seguían riendo.
Me sentí feliz
inexplicablemente plácido
Me gustaría levantarme muerto una mañana
sin haberme enterado
que desperdiguen mis restos
los cremen, hiervan
fosilicen
no me interesa demasiado
qué hagan con los despojos materiales
los partan, compartan
o deshagan
se maten por mí
que les importe nada
no me preocupa
total estaré muerto
esa tarde
y nada me conmoverá ya
ni un poco.

Fue (¿fue?) la última noche que bailaron así. Encastrados. Cada movimiento se enhebraba con el del otro. Sincronía indisimulable. Una despedida en ese quincho al pie de la sierra. Llovía a cántaros. El músico, fácil de recordar: un porteño, que huyendo a ese paisaje por amor a una lugareña, allí ancló su vida para siempre. Los pasajeros del hotel bailaban, también los mismísimos empleados se mezclaron en ese carnaval de disolución de jerarquías.

Los dos habían llorado por días preparando la despedida que danzaban. Una grieta se había profundizado. El agua cayó día tras día desde el momento en que comenzaron a conocerse, horadando progresivamente el futuro. Sin mañana no hay relación. Les quedaba cada vez más pasado, hermoso, increíble, del color de los ojos de ambos. Un pasado convertido en eterno presente, aunque ese fluir de días no alcanzaba. Pero, ¿cómo? se preguntaba él ¿existe algo más que disfrutar en forma perenne del acople de dos almas y cuerpos? Sin embargo ella deseaba un mañana más claro. Exigencia vacilante, con retrocesos, tímida a veces pero que formaba un ariete de una potencia emocional imparable. ¿Era posible ese estado salvaje, natural sin más definiciones? cuestionaba ella. Nadie dictó que esa era el modo en que las cosas debían ser, pero se sobrepuso al fluir habitual. Incontenible. Incontenible como la envidia que despertaban en ese momento y la que habían generado años atrás cuando en aquella otra fiesta se abrazaron y salieron a bailar. Él, con los ojos cerrados, ni siquiera se daba cuenta de las caras que los miraban. Ella se dejaba llevar, se mecía con su corazón. Acoplados, aislados de todos. La lluvia caía fuerte, era imposible retirarse a la habitación, aún cuando al día siguiente temprano tendrían que volver. No hablaban. Tampoco esa otra pareja, sentada sin bailar. Desolada. Su futuro no llegaba y lo ansiaban. Querían ser padres y no podían.

Un futuro imposible parece ser la marca indeleble del amor que hace llorar.

El amor puede, sin querer, dejar yermos los corazones.
Viajera Editorial Siempre de Viaje


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Estuche Negro Ricardo Czikk

malapalabra Cecilia Maugeri

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Miércoles 17 de junio a las 19 hs.
en el Centro Cultural de la Cooperación
(Corrientes 1543), Sala Solidaridad
Con la participación especial de
Jorge Monteleone, Adriana Mancini,
Daniel Scarfó y Karina Macció
más info en www.viajeraeditorial.com.ar
Mis ojos historian
mi torpeza
precoz
mi falta de respuesta a los estimulos
mi timidez
precoz
los anteojos que de chico quise sacarme
la miopía que ahora trato de simular
para que no se una a mi calvicie
ojos histeria
ojos objeto
ojos sopor
entrecerrados
uno y uno que buscan converger
se marean en las letras
quieren abarcar todo
pierden el detalle
ojos huevos
ojos furtivos (me miran)
ojos sorprendidos
ojos que revientan
córneas al aire
ventilan la ceguera
todos mis defectos
no me veo
ni cómo miro
miro mi mirada
no veo nada
ojos en un espejo
en la lupa que todo magnifica
ya no veo nada más
que mi ojo
sin ver nada.