Mitades en estropajos deshabitados
estornudos pegajosos de las toses
multitudes que se agolpan olorosas
distinciones sin terminar
a medio caminar casi galopando
se machucan las convicciones
convictas encerradas
perpetuadas espirales diminutas persistentes
evaporadas en formas imperceptibles
me muevo sin dejarme tocar
evitativo escabroso paranoico
miro para atrás, vienen hacia mí

ya no puedo

impedir lo que es destino
ni permiso para crecer
incubado extraño
aunque más no sea
entre colchones y escaras
cicatrizan luego de postrado

ya no diviso lo sano y lo insano
cuerdos locos

y mi impropia disolución.

Anatomía


Muevo las manos para ventilar las palabras
apoyo para sentir firmeza y lo expreso, venteo
me pongo y saco estos anteojos
“de cerca”
sin tirita pendiendo del cuello me dan
tristeza o depresión
un señor solo atendiendo un negocio de barrio
es domingo y si hace frío o calor, ya no importa
está solo vende poco
se empobrece estando ahí.

Me refriego los ojos con las manos fuerte
no aquieto las manos
las suspendo en el aire
aspavientos que veo cuando veo otras
las de Karina llevan y traen inexistentes objetos
(deben ser palabras de viaje, como su literatura)

Crujo el pie derecho sus huesitos están sueltos desde el esguince
(el izquierdo debe estar solidificado o en desuso)

El dedo en la oreja sigue el viaje
cera
o restos del gesto gratuito toma sentido.

Mi estómago me habla siempre
epicentro de terremotos emocionales
me deja en paz cuando llego
cruje, se retuerce o arde, antes, sólo antes
en la inquietud de la espera, incertidumbre de lo inasible
otro decide
hablan mis tripas mientras el otro calla.
I
en la boca del estómago traidor
malevo interno
toma por sorpresa
estrangula allí la garganta
clava su filo en la sien.


siembra dudas y cosecha tempestades.

un rayo de luz atraviesa
prende al ojo
que mira para sí
lo que parece venir de fuera
se hace carne
palpita en el alma.


latido que retumba ahogado
toma el cielo y se estrella

II
bramido sensible desesperado.
atraviesa el cuerpo
se proyecta como rayo
donde ya hubo otro,
otro

vuelve a empezar.

me atemorizo soplo rechino
aprieto jadeo, asfixia y corrida
estrujo los dedos, me sangro
muero evanescente

cuántos miedos?
miedos que son míos
miedos medios de ser yo
tan pero tan
tan yo.
Cómo es un viaje ejercitado
un simulacro de poema
(escribir a pedido)
liberado del designio
recorro versos a punta de pistola
(la del poderoso)
me corro del centro de la escena
despojo al Otro de investidura
(me lo imagino en el baño. Es mortal)
se mira impúdico en el espejo
ufanado de su grandiosidad se besa
(es todo vano, la mortaja no tiene bolsillos)
de a poco comprendo a los dioses
apresados en la mentes temblorosas
(qué pueden hacer desde el Olimpo más castrador)
se persignan con recato en su vía crucis
se mezquinan las plegarias
(así fueron siempre las religiones)
prédica desértica y seca
un oasis no lo espera
(la vida termina allí en la esquina)
de pura omnipotencia en la tierra
es donde caen de rodillas
(es el final del viaje)
(de todos los recorridos)