Estrábico

“El ojo es un cuchillo que intenta inútilmente rasgar en las tinieblas que constituyen la realidad”
Enrique Symns

A simple vista
ojos cuchillo
arrancan rasgados
aquello que se enturbia
encarnan formativos
suma de ideas
inéditos deseos
intenciones en ciernes
diluye lo visible
pupila papila
escurre su apariencia
encierra y abre
discute o concilia
despoja deformes monstruosidades
interioridades embelesadas
córnea córneo
hechizo hipnosis
imagen azulina lacustre
transformada
fascina
rasguña, fractura
arrebatada en vida
de-vuelta al misterio
repudia la respuesta
pronta
cerrada
alistada y dicha.

Mayo I

Ansío:
tallar
modelar
pintar
busco la perfección.
Inútil sin cincel
vano sin arcilla
pincel seco desflecado.

Desplazado el punto
infinitesimal
recóndito se oscurece, abruma
penumbroso
luz remolona
el viento hace lo suyo.

Mío en el ideario ajeno
obstáculos mínimos
imperceptible al extremo ocular
indefinible estándar o estandarte
la enseña izada
recicla la corriente en sentido
contrario

Cincel, arcilla, pincel
romo, pétreo, descascarado
rompo y reparo
cíclico otra vez
una más. Hundido
hasta las rodillas
apoyo fijo
emplazado sin amenaza.

Metonímico

Suelto pre-destinado 2

seña: un muerto. abandonado, así como así y porque sí. ceño fruncido y nada afloja: rictus. diseño di-seño, de y da lo mismo. repetición sinfín de lo mismo, por lo mismo, sin cesar. sin césar. háblale y díselo. no calles. el poder absoluto cela en forma absoluta. es de esta forma, no cambia. celo es estro: hormona en estado puro y nada en el afecto. cielo porque si, el lugar del muerto. un cuerpo bajo la lluvia implacable e insana. señado en la organización sanpedrina perfecta ¿admitido o no? mejor lo suelta y lo sueña para recomenzar. muerto llueve sueños en césar sanpedrino. lo quiere bajo un manto gris de imperfección rictus. es sólo y solo en ello y sello. Sélo.

Ch

Daga suelta
agachado maleficio
desmelenado entre pertinaces
precipitados no metalíferos
detractados deponen mascullan
avidez de atraso al sur
siempre más allá deriva hacia danza
trepanan
deponen dictatoriales
matinales diáfanos revolvedores
abrumados en nubosidades intestinales
casi cargosas colgantes a horcajadas
del altiplano bolivariano
chuzan chusmean mercadean
corpiños de tasa gigantes
tazas desmercaderiadas
infiní refiné
cuando sheshean y sepian
los extremados conversos
desdespaña americaundida
entroncan sin saltos burocráticos
descolonizan
desmagallanizan
desdaruinizan esta merca
canutada en chalas intricadas
trianguladas en bermudas al típico sol dado
obedeciente y dicente
al poder lo que desea
y a los suyos sus yoes
que se afanan
cuando se ufanan.

Psiq

I.
Empastillado despista
obnubilado despieza
vida acontecida
adulto aniñado
fascina los ojos
cuitas desveladas al otro
rosarios circulares
sin oraciones ni plegarias
tracciones a pura alma
hunden y flotan
lo que esconde
obnubla
obs-truso.
II.
Sueltos en el viento
se dejan llevar
arenas entreveladas
pestañas y cejas abrumadas
espuma
mar vasto
grito reflexión eco
solo longitudinal
III.
recóndito
quiere ser lo intenta
un suelto
mandala indescifrable
gnósticas regresiones
ataviados seres
entrajados enaguados
filas procesiones
rodillas al rojo
y promesas (muchas)
juramentos (vanos)
despieza los ojos
el mismo
ya no será
ni sombrasiquiera.

Sueño

Sueño con detener el tiempo en palabras:
el paso del sol, el polvillo visto contra la sombra formando ese cono perfecto de puntos blancos suspendidos. Lo veo desde la cama en una mañana con fiebre. Ya todos se fueron. A papá ni siquiera lo vi salir a trabajar. No sé si mamá se quedó. Creo. Quizá está ocupada con algo. O se fue a hacer las compras. Es la fiebre o el malestar. Y sueño despierto con ese instante en que la palabra atrapa ese recorrido. Lo paladea, lo enlentece, lo transforma, lo desvisualiza, lo lenguajea. Es otra luz. Esta vez deformada por mi estado.
El té llega. Con galletitas. ¿Queso blanco?
Afuera hace frío. Mi hermano ya está en la escuela y hoy el tiempo no es como siempre. Es extraño y raro. Mezcla de culpa y regocijo del encierro entre sábanas suaves; allá ausente y no sé si me siento tan acá. La luz ingresa. ¿O es esta otra dicha, escrita, espaciada, escandida en el tiempo hecho voz y letra de este anotador? Un renglón la aloja, como el del cuaderno que seguro voy a tener que completar mañana por no haber ido al cole.
Y se esfumó afuera, se hizo carne adentro. Queda como lo que me sostiene en ese lapso de soledad, que pulsa a ese tiempo en este tejido. Contribuí, como a mi mamá que me pedía que me quedara quieto, las manos estiradas al frente, para armar ese ovillo perfecto sin nudos. Y ensayando la búsqueda soñada de prolongar el instante, estiro las palabras con el recuerdo. Quizá lo logre, cuando inexorablemente, ya se haya escurrido.

Voy a tener que esperar otra mañana de invierno, que el sol caiga justo con la misma inclinación. Ya no será lo mismo, la repetición no funciona, ni en la copia fiel y menos en el plagio. Un tiempo en que detenga su paso, la atrape antes que toque el piso, antes que el sol se deje tapar por una nube, o el mero paso preocupado de mi mamá sirviéndome el té y batiendo el termómetro para poder saber si lo mío es para preocuparse.
Quizá no fuera ella la sombra, sino la luz.
No lo sé…
ni siquiera hoy.