Sueño

Sueño con detener el tiempo en palabras:
el paso del sol, el polvillo visto contra la sombra formando ese cono perfecto de puntos blancos suspendidos. Lo veo desde la cama en una mañana con fiebre. Ya todos se fueron. A papá ni siquiera lo vi salir a trabajar. No sé si mamá se quedó. Creo. Quizá está ocupada con algo. O se fue a hacer las compras. Es la fiebre o el malestar. Y sueño despierto con ese instante en que la palabra atrapa ese recorrido. Lo paladea, lo enlentece, lo transforma, lo desvisualiza, lo lenguajea. Es otra luz. Esta vez deformada por mi estado.
El té llega. Con galletitas. ¿Queso blanco?
Afuera hace frío. Mi hermano ya está en la escuela y hoy el tiempo no es como siempre. Es extraño y raro. Mezcla de culpa y regocijo del encierro entre sábanas suaves; allá ausente y no sé si me siento tan acá. La luz ingresa. ¿O es esta otra dicha, escrita, espaciada, escandida en el tiempo hecho voz y letra de este anotador? Un renglón la aloja, como el del cuaderno que seguro voy a tener que completar mañana por no haber ido al cole.
Y se esfumó afuera, se hizo carne adentro. Queda como lo que me sostiene en ese lapso de soledad, que pulsa a ese tiempo en este tejido. Contribuí, como a mi mamá que me pedía que me quedara quieto, las manos estiradas al frente, para armar ese ovillo perfecto sin nudos. Y ensayando la búsqueda soñada de prolongar el instante, estiro las palabras con el recuerdo. Quizá lo logre, cuando inexorablemente, ya se haya escurrido.

Voy a tener que esperar otra mañana de invierno, que el sol caiga justo con la misma inclinación. Ya no será lo mismo, la repetición no funciona, ni en la copia fiel y menos en el plagio. Un tiempo en que detenga su paso, la atrape antes que toque el piso, antes que el sol se deje tapar por una nube, o el mero paso preocupado de mi mamá sirviéndome el té y batiendo el termómetro para poder saber si lo mío es para preocuparse.
Quizá no fuera ella la sombra, sino la luz.
No lo sé…
ni siquiera hoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El te
El termómetro
Las sábanas suaves
El queso blanco?
Son la luz.

Acaso a la luz no le agradecemos sus sombras?

Linda,sileciosa,y a la vez melancólica postal familiar!

Anónimo dijo...

El te
El termómetro
Las sábanas suaves
El queso blanco?
Son la luz.

Acaso a la luz no le agradecemos sus sombras?

Linda,sileciosa,y a la vez melancólica postal familiar!