Hay palabras tan grandes que me apabullan.
PROYECTO, Proyecto por ejemplo, me genera una tremenda sensación de abatimiento. La escucho y el otro me pisotea. Me hace sentir inferior. Él lo tiene. Yo no ¡Siempre es algo tan falible el futuro!

¿Cómo se le animan con un proyecto?

sinnúmero de ideas
acuden
proyecto eyecto
escurre desde el centro
zumos jugosos
algo podría
proyecto
abyecto
desde el desprecio hoy
al futuro
erecto
sentida muestra
(me proyecto)
de lo erguido penetrante
defecto
escape hacia delante
presente
incomensurable

¡Qué ganas de taparle la boca, que deje de decirlo!
Sacarle de sus labios esos delirios de grandeza, de que algo va a poder definir.
Me hace reír.
Si apenas puedo / puede / con mi / su / presente continuo, inextinguible en este momento que se escapa,
¿cómo siquiera pensarlo?
Hay gente tan tranquila con eso que cree que es su proyecto.
Si mañana se puede despertar y todo

haberse desecho en sus manos,
ido entre los dedos
agua límpida
sin rastros
sensación maloliente
la vida decapada
estaba
bajo la tapa
ataúd
Eso de creerse alguien al tener un proyecto, me da náuseas. Lo leo en los medios.
¡Claro que es más lindo ser y tener un futuro! Creerse que mañana va estar bien.

Dale que va.

Dale

¿Por qué no?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entonces...decir " tengo un mañana" es más amigable...
Tengo una idea...
Tengo la esperanza...
Tengo un sueño...

Dále!

Anónimo dijo...

Descubrí hoy un nuevo punto de complicidad: La incomodidad frente a la palabra Proyecto. Vivimos rodeados de personas con proyectos. ¿O simplemente "proyectos"?

"Masturbación intelectual", que puede ser todo e inmediatamente nada.

¿Intenciones? Pero las ganas no significan realidades...