DD

Hoy DD me contaba, me hablaba -mientras el café se consumía- sobre lo que estaba haciendo esos días. Las mujeres cuando se juntan (me dijeron) hablan de lo que sienten, los hombres hablamos de lo que hacemos. Yo sé, tarde o temprano, me dirá cómo se siente. Complicado Czikk, no sé como seguirá esto, difícil Ricardo, lo que pasa es que hago las cosas más difíciles. Es el retorno de lo mismo, pero los dos con menos pelo, única señal que puedo distinguir en el café que va decantando. Me acuerdo -mientras habla- de casi diez años atrás, en otro bar. Y me cuenta de lo que desearía. Creo que muchas veces escuché sus deseos. Los posterga. Constantemente la realidad se le impone. Quiere un taller dónde trabajar con sus herramientas. Me cuenta, que en la casa de sus padres le habían construido en el garage una plataforma donde apoyaba un tren eléctrico. Cuando el papá se llevaba el auto, él podía afirmarla sobre unos caballetes y subirse a arreglar las luces de su tren, poner más cosas en las estaciones, mejorar las rampas...

Mientras, miro de costado la computadora portátil, que abrió hace un rato para mostrarme el logo de la empresa que está poniendo en marcha. En el fondo de pantalla hay una foto muy tierna de su padre besando a su hija mayor. En blanco y negro. Un primer plano de los dos. Un gesto único de amor. Su papá que ya no está, evocado en esa plataforma, ese rincón que quiere recuperar para jugar con su tren, sus herramientas. Y quizá precise escapar de las obligaciones. Lo veo agobiado. No son diez años más. Es una vida larga que va cayendo sobre los dos. El café se consume. Ahora pedimos algo más. Me duele el estómago. No debo comer pizza, y ayer a la noche, para no salirme del rebaño, lo hice. Ahora pago las consecuencias.

DD me dice que ya debe irse, que tiene que seguir montando una mámpara para el baño recién refaccionado de sus hijas. Lo hará sin su mesa de juego, lo terminará por el mismo amor que le otorgó, a él, un tren. Un beso, transformado en plataforma para ser padre.


Viernes 27 de marzo, 19.30 hs.

Viajera Editorial
en la librería Hernández
(Av. Corrientes 1436)

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y fragmentos de nuestros libros publicados,
ledos por sus autores.


La perdida o la perdida por Karina Macció

La cajita de Pandora por Virginia Janza

Estuche negro por Ricardo Czikk

Malapalabra
por Cecilia Maugeri

Clin Caja por Anibal Ilguisonis

Literatura gourmet para disfrutar
y acompañar con una copa de vino