Ataque


Anónimo innominado
sumergido entre trazos
desenfoque de autor
estira los mundos
ene ene
innombrable
reconocimiento atrevido
despojado de atavíos
sigilosa bajo tierra
rasguña un lugar
sin derecho
n n n n n n n n n n n n n n n n n n n n
ni posesión un ene lugar
desenmascara
lucha perenne
poder extraviado
menea las pupilas
nene o nena
o no hay nada
en los ojos
borrosos
ojos de negados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hablando de "anónimos" cuando me decido a escribir lo primero que solicita la máquina es identidad. Y me encuentro con que la identidad que me asigna este chisme es sin duda un acrónimo de vaya a saber uno que conjunción de adjetivos con los que alguien creyó conveniente bautizarme. En fin...

El caso es que uno puede entender "ataque" al menos de dos maneras (de todas las posibles que contempla un buen diccionario),a saber: una acción que persigue el fin de destruir; o un acceso repentino causado por vaya a saber que razón de la salud o los nervios.
¿Has notado que ciertos "ataques" responden más a la segunda acepción que a la primera?
Y uno a veces hasta puede llegar a pensar que quien ataca en realidad es una buena persona que estaba confundida, triste, enferma, borracha, drogada o idiotizada por cualquier circunstancia bajo la que pretenda (más luego) ser exonerada.
Al margen de esta breve retahíla de pobres justificaciones, en líneas generales quien ataca, si no lo hace con el exclusivo propósito de defenderse, suele emprender sus acciones tras una, más o menos, profunda meditación, pues si el objetivo de un ataque es inflingir un daño mal podrá cumplir su objetivo quien no haya estudiado donde es que ha de colocar su golpe.
Pero OJO que a veces el que golpea tiene la pobre fantasía de que nuestra insolvencia ha de ser eterna y no comprende lo fuertes que se vuelven las personas justamente defendiéndose de quienes los golpean.
Por que en última instancia, como lo demuestra tu hiperónimo texto, la estupidez ajena también es fuente de inspiración.

Un abrazo.
Leo