YO Grito de ascensio esquina cachi


Patio maceta
pasillo zaguán
revive frío al recuerdo
otoño en ojos caídos
abuelo, tía, padre
chiste de mal gusto
intragable.
Escena coagulada
desangelada en parientes
lejanos de una pompeya
volcánica acá nomás
de obreros en overol
en la tienda de adelante
y atrás ellos
en gesto congelado
se yerguen y gimen
se abrazan y se aprietan
bifes en la plancha ya fría.
Ni cuentan, no saben
la diferencia
la herencia que crían
en cada paso, en ciernes.
Esculpida escupida
sombras claman
listones largos
rollos en la estantería
metros de tela
un lugar en el barrio
obreros, operarios
de gestos afilados
brutales y generosos.

II
Desgarros de YO
Nuevamente la noche se cortó
en dos destrozos, el primero
y el segundo, el segundo
y un minuto, varias horas.
Cada vez más dellos
acosan, demiurgos
agobian asfixian
establecen cabeceras de playa
entre mis sueños des hechos.
No es insomnio, es des somnio
a somnio, asomo de otonio
hojas muertas caen
lagrimean a mi lado, costado
de una cama
telas sábanas
pateadas sin fin
en espirales más
y más superficiales.
Hasta que decido que soy yo
un grito
despierta al otro,
al insomne
le da su merecido
descanso nocturno, el té
esquina de la verdad
interrupción para re tomar
otro trozo, des trozo
¿quién lo sabe?
yo
¿ó el otro?

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